miércoles, 24 de septiembre de 2014

Septiembre´14

Septiembre es un gran mes. Se trata del mes de las novedades, de los cambios, de las propuestas de enmienda. También es un mes de calor y tormentas; de olor a libro nuevo (Por que en este país los libros de texto siempre son nuevos); de muchos gastos extras; en definitiva se trata de uno de esos meses que no pasan desapercibidos. Excepto para la política, que parece que todo sigue igual. En este plano de la realidad, septiembre me produce un estado de ánimo que roza el de los picos de sierra, así como sentimientos encontrados.

Por una parte, en este final de mes, me siento contento, que digo contento, me siento MUY CONTENTO por partida doble. Primero: por fin alguien dimite en el gobierno de Mariano Rajoy y segundo han dejado aparcada, esperemos que de manera definitiva, una contrarreforma de la Ley del Aborto que nos situaba a la cola de Europa en cuanto a derechos civiles. La dimisión de Gallardón ha sido como un leve alivio en una larga enfermedad política y social en la que se ha convertido el Partido Popular para todos los españoles. Ahora ya sabemos que el PP no va a cumplir absolutamente nada de su programa electoral. Tomen nota votantes del PP.

DECEPCIONADO, tras escuchar la turne mediático-populista del nuevo líder de los socialistas españoles. Oyendo a Pedro Sanchez da la sensación de la que las elites del PSOE no han entendido en que están los españoles. Lo más curioso es que le oí opinar de PODEMOS lo mismo que opina el agorero mayor del TDTParty español Hermann Tertsch. Al margen de este soplo de aire fresco que puede significar la formación de Pablo Iglesias, es triste ver como la socialdemocracia española desprecia la democracia participativa y aquellas propuestas que pretenden que la ciudadanía pueda pilotar su destino como colectividad.

PREOCUPADO, porque no sé si la izquierda será capaz, no de ganar unas elecciones, que también, sino de poner en marcha el proceso de cambio que la sociedad española necesita. Nos encontramos en un momento clave, en el que no nos sirve el “gatopardismo”, es necesario cambiar estructuras y conseguir que la política dirija la economía, no a la inversa. Es el momento de que las elites dejen de quitar y poner “peones” en los ministerios, y que sea la ciudadanía la que “refunde” este Estado, pero sin pactos de “mesa camilla”.

A que seguro que esto a alguno le huela a Populismo Chavista, mientras viaja a China. 

Feliz rentrée …


Miguel Angel Martín