viernes, 24 de abril de 2015

Imposturas, las minimas

Si hay algo a lo que la edad te hace intolerante, es a las imposturas, y especialmente a las de carácter político. Nos acercamos a un ritmo vertiginoso a las próximas elecciones municipales y autonómicas, algo que será el entremés de lo que se avecine a final de año con las elecciones generales. Lo más sorprendente es que veo a los partidos políticos preparando su precampaña y campaña como si no hubiese pasado nada en los últimos años. Como si la crisis, no hubiese removido los cimientos del edificio institucional en el que hemos depositado nuestra confianza desde la muerte del dictador. Los ciudadanos y ciudadanas, desde 2008 han hecho un Master Acelerado de Cuestionamiento del Sistema Político y Económico. Quien no lo quera ver posiblemente acudirá a los comicios locales y autonómicos con un sesgo importante. Personalmente que la derecha, crea que aquí no pasa nada, me la trae al pairo; pero que la izquierda también lo crea: que unos piensen que esto es una cuestión de alternancia (menos mal que las encuestas y Andalucía les han dado un buen mazado a los que aun pensaban esto); que otros crean que son algo nuevo, cuando la irrupción de Podemos, les ha envejecido en poco más de dos años; que los teóricamente cuestionadores del sistema sigan pensando que la política es solo un programa para gestionar desde la oposición; y que los “nuevos” piensen que solo la novedad te “blinda” contra los vicios de la “vieja política”…. Todo esto si me preocupa. Los poderes, y no me refiero al PP, los que realmente mandan, los poderes económicos han tomado nota de la europeas, han hecho su apuesta, y prueba de ello son los resultados en las elecciones andaluzas. La alternativa al gobierno de los poderes económicos debe construirse en el fondo y en la forma, con vocación de triunfo, desde los consensos ciudadanos que quieren superar las situaciones de privación, y de infelicidad que provoca este desigual sistema. Todo lo demás es fingimiento, engaño, falsedad y lo peor de toda… otra manera de perpetuar el sistema. Un fraude intelectual, una impostura.


Miguel Angel Martín

miércoles, 8 de abril de 2015

La Nave

"Como alcalde vuestro, yo os aseguro que para pagar esto ni un céntimo ha salido de las arcas públicas, porque en las arcas jamás ha habido un céntimo."
Don Pablo, el alcalde (Pepe Isbert en Bienvenido Mister Marshall dirigida por Luis garcia Berlanga – 1953)


Pepe Isbert es el Alcalde de Villar del Rio
Parece ser que nuestra Nave, la de Talleres Generales, despierta un gran interés fuera de nuestro término municipal. La última pista nos la ha dado el festival MBC Fest, tras un vaivén  de espacios, el festival se realizo en nuestra ciudad el pasado 3, 4 y 5 de abril. Yo fui con un amigo y a su pregunta de por qué se hacía en un parquin, solo pude contestarte de manera rápida: “Por qué tenemos los mejores descampados del arco mediterráneo”. Las declaraciones posteriores al evento realizadas tanto por el Alcalde de Sagunto como por los organizadores, han dejado clara las intenciones: realizar el evento dentro de la Nave. No sabemos si este evento es la “cabeza de puente” de un intento de hacerse con la gestión de este magnífico espacio o una actividad aislada. No olvidemos, que La Nave a pesar de los sueños megalómanos de Eduardo Zaplana y de Consuelo Ciscar, donde se gastaron cifras que hoy nombrarlas puede resultar obscena, nunca se consiguió la propiedad, que siempre ha sido de la SEPI (Sociedad Industrial de Participaciones Industriales) dependiente del Ministerio de Industria. El desastre económico del PP en la Generalitat Valenciana, ha provocado el desmantelamiento de muchas estructuras “parapúblicas”, entre ellas la Fundación Ciudad Artes Escénicas, lo que provoca que nadie se haga, hoy por hoy, responsable de este espacio en la CV. El futuro de La Nave, pone de manifiesto los problemas de nuestro complejo territorio, donde parece que se ha instalado esa especie de “Síndrome Berlanga”, siempre esperando que nos den la solución desde fuera, solo que hemos cambiado generacionalmente a Pepe Isbert por un Sergio Muniesa a lo “Hispter”. Es curioso y paradójico que para un espacio como La Nave de Talleres Generales, autentica “Catedral” del Patrimonio Industrial en nuestro país, las diferentes opciones políticas de nuestro pueblo no tengan respuesta, ni propuesta. Los guardianes de la identidad porteña no han llegado a proponer ningún uso; los partidos obreros que se desarrollaron al calor del “Acero”, tampoco; los incipientes aún no han llegado; parece que solo el PP tiene un proyecto: privatizar su uso. Ya sé, yo también me lo pregunto ¿Desde la política nadie ha pensado para que pueden servir esos 10.000 metros cuadrados? Que no nos pase nada.


Miguel Angel Martín