Hace años que tengo por casa en algún recóndito
cajón un Cubo de Rubik. También debo conservar algún pantalón de camal bastante
ancho; algún que otro disco en vinilo y un montón de gafas usadas que almaceno
con regularidad desde que tenía seis años. No me pregunten porque lo hago, porque
con certeza no lo sé. En algún caso se trata de pura nostalgia o apego al
recuerdo como puede ser el de mis viejas gafas, pero en otros quizás sea la
ilusión de volver a ponerme aquella vieja camisa a cuadros, sin que para ello
tenga que soportar miradas inquisidoras de los talibanes de la moda. Pues bien
resulta que esto no solo nos pasa a los más comunes de los mortales, sino que
el liberalismo económico es igual. En los sucesivos momentos históricos en los
que pensábamos que estaba mal herido y que había reconocido que sus excesos nos
llevaban a la abismo, resulta que el Capitalismo no estaba muerto, estaba de parranda. Estaba guardando
en un cajón a la “mano Invisible” igual que yo hice con mi Cubo de Rubik; y colgando en una percha las teorías
del “Desempleo Voluntario” de economistas como Arthur Pigou; y trasladando al trastero
toda los Juegos Reunidos de la infamia y el descrédito hacia los sindicatos. Es
curioso como esta moda Vintage Neoconcontinuamente
inventa y reinventaestilos, lo más
habitual es que de la combinaciónde los viejos, vayan surgiendo los
nuevos, Por eso no es de extrañar que tras la mayor de las crisis del Neoliberalismo,
la receta sea más Mercado y menos Estado; que la Montaraz Patronal española
haga suyo el discurso de un refinado economista ingles y diga que la causa del desempleo es consecuencia directa de la
falta de flexibilidad del mercado de trabajo que no se adapta a las
circunstancias; o el ataque casi diario de la TDT Party, y la Quinta Flota Mediática
de la derecha más rancia hacia los sindicatos. Keynes ya contesto a estos argumentos
en 1936, afirmando que la bajada de los salarios solo cabria en un régimen autoritario
que hubiese desmontado el poder de los sindicatos. ¿Ahora lo entienden todo
verdad? Yo también.
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