viernes, 9 de marzo de 2012

Todo vuelve


Hace años que tengo por casa en algún recóndito cajón un Cubo de Rubik. También debo conservar algún pantalón de camal bastante ancho; algún que otro disco en vinilo y un montón de gafas usadas que almaceno con regularidad desde que tenía seis años. No me pregunten porque lo hago, porque con certeza no lo sé. En algún caso se trata de pura nostalgia o apego al recuerdo como puede ser el de mis viejas gafas, pero en otros quizás sea la ilusión de volver a ponerme aquella vieja camisa a cuadros, sin que para ello tenga que soportar miradas inquisidoras de los talibanes de la moda. Pues bien resulta que esto no solo nos pasa a los más comunes de los mortales, sino que el liberalismo económico es igual. En los sucesivos momentos históricos en los que pensábamos que estaba mal herido y que había reconocido que sus excesos nos llevaban a la abismo, resulta que el Capitalismo no estaba muerto, estaba de parranda. Estaba guardando en un cajón a la “mano Invisible” igual que yo hice con mi Cubo de Rubik; y colgando en una percha las teorías del “Desempleo Voluntario” de economistas como Arthur Pigou; y trasladando al trastero toda los Juegos Reunidos de la infamia y el descrédito hacia los sindicatos. Es curioso como esta moda Vintage Neocon continuamente inventa y reinventa estilos, lo más habitual es que de la combinación de los viejos, vayan surgiendo los nuevos, Por eso no es de extrañar que tras la mayor de las crisis del Neoliberalismo, la receta sea más Mercado y menos Estado; que la Montaraz Patronal española haga suyo el discurso de un refinado economista ingles y diga que la causa del desempleo es consecuencia directa de la falta de flexibilidad del mercado de trabajo que no se adapta a las circunstancias; o el ataque casi diario de la TDT Party, y la Quinta Flota Mediática de la derecha más rancia hacia los sindicatos. Keynes ya contesto a estos argumentos en 1936, afirmando que la bajada de los salarios solo cabria en un régimen autoritario que hubiese desmontado el poder de los sindicatos. ¿Ahora lo entienden todo verdad? Yo también.

Miguel Angel Martín

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