miércoles, 5 de junio de 2013

GALMED

2013
Siete mil ciudadanos/as decían los medios que habían asistido a la manifestación en apoyo a Galmed que se realizo el pasado día 24 de mayo. Yo vi más, vi un profundo poso de nostalgia; miles de sueños y una buena cantidad de recuerdos. Recorrer de nuevo las calles del Puerto ante la amenaza al futuro siderometalúrgico, plantea muchas preguntas. A las que no es fácil dar respuestas, mientras a tu lado con el cabello ya canoso va tu amigo, con el que corrías en 1983 delante de los guardias en Madrid o en los cortes de la A7, guardias que a nosotros no nos tocaron grises, nos tocaron marrones (seria el preludio de una época). Junto a él, mujeres y hombres en los que ves la misma mirada de preocupación que hace tres décadas viste a tus padres, miradas sin futuro. Tampoco falta el digno caminar de los que no se rindieron entonces y tampoco lo hacen ahora. Sin embargo ¿Qué nos separa de los años 80? ¿En que nos hemos despistado? ¿Con que nos han entretenido?

El 24/5 había mucha gente en las calles, muchas eran las mismas de las últimas manifestaciones en defensa de la Sanidad y la Educación Publicas o en contra de los recortes en la Dependencia o contra la Reforma Laboral más salvaje de la historia. Otras muchas no. Y da la impresión que en este pueblo, durante los últimos treinta años, nos despistaron, nos hicieron creer que todo es relativo, que hay cosas pasadas de moda, nos hicieron vivir la ilusión de la clase media y nos olvidamos de lo que somos: un pueblo de trabajadores, inmigrantes,  hijos de inmigrantes o nietos de inmigrantes. Pero sobre todo trabajadores. Pasamos de luchar en las calles para disponer de un Hospital, porque la gente moría en ambulancias camino del Hospital la Fe de Valencia, a hacer mutis por el foro mientras nos privatizan la Sanidad Pública y volvemos a hacer treinta kilómetros para ir a la Clínica Quirón; Nuestra educación es fruto del esfuerzo de nuestros padres para que pudiésemos estudiar y tener un futuro, algo que solo puede garantizar la Educación Pública; y ahora se nos hacen los “ojos chiribitas” si podemos llevar a nuestros hijos a un colegio privado en ingles construido en suelo público o a un concertado religioso cuando no pisamos una iglesia ni en las bodas. Pasamos de participar activamente en la vida social y política a “delegar” demasiado en otros, e incluso a creer que los que defienden los intereses de Emilio Botín también defienden los nuestros, ya lo dijo Cospedal en 2011 “Los trabajadores que este tranquilos, que aquí está el PP para defenderlos”.

Ahora después de treinta años, defendemos el futuro de 165 trabajadores, sus familias y los más de mil puestos de trabajo indirectos; defendemos el futuro y la dignidad de un pueblo de trabajadores; defendemos un futuro donde la salud, la educación, el trabajo y el cuidado de los más débiles no sea un privilegio. Al fin y al cabo somos lo que defendemos y eso no es poco. GALMED es algo más.


Miguel Ángel Martín


1984

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