Lo mismo que les digo en esta columna,
le dije el martes pasado al hasta entonces Alcalde de Sagunto, Alfredo Castello: “Espero que te vaya bien esta nueva
andadura, así como espero que pronto lo hagas en la oposición, y no te
desgastes porque (y ojala me equivoque) tu momento político sera en 2019”.
Hoy por hoy no dudo que nuestro ex Alcalde tiene gran proyección dentro del PP
actual y quizás más en el PP del futuro, el de la travesía del desierto, que si
la izquierda no lo impide, volverá al gobierno en 2019. Muchos se preguntaran
por mi pesimismo, pero como dijo Saramago, los pesimistas somos los únicos interesados en cambiar el mundo, los
optimistas están encantados de lo que hay. Y así de encantados veo yo a la
mayoría de partidos de la oposición, que previsiblemente integrarían un futuro
gobierno de la Generalitat Valenciana. Ajenos al terremoto electoral que puede
caerles encima de la mano de la otra gran incógnita: Podemos. No sabemos si esta nueva forma de hacer política conseguirá introducir más cambios en las oxidadas articulaciones de todos estos
partidos o arrastrarlos a una versión valenciana del “Ganemos”. Es cierto que EU, Compromis y PSPV han introducido algunos cambios en sus formas, pero la ciudadanía también reclama cambios en el fondo. Ahí tienen su reto. Creo que a estas alturas deberían estar mapeando el futuro, revisando programas, planificando los cien primeros días, los cambios etc... sin embargo trasladan solo nombres, caras y puestos en las diferentes listas. Cuatro años pasan muy rápido, y no se debería subestimar el poderío mediático del PP. Sobre todo si el gobierno del Estado no cambia y con la deuda que vana a dejar dentro y fuera de los cajones.
A nivel local,
no parece más divertido el panorama, al contrario provoca bostezos. El PP lleva tiempo en
cómoda minoría y no parece haber alternativa. La también cómoda oposición no muestra muchas ganas de gobernar. Salvo, excepciones, solo Compromís en
toda la ciudad e IP solo en el Puerto parecen querer “tocar calle”. El resto está en “otras cosas”....
Para todos los que esperanzados, ansiamos
un cambio, urge que la izquierda hable y se entienda para generar un proceso de
cambio que ilusione y sobre todo que sea útil a todos, y especialmente a las
que más necesitan de todo. Cambio que no dure solo una legislatura sino que se
mantenga. Si no lo hacen, es posible que 2019 sea el año de Alfredo Castello, y
que Sergio Muniesa siga de Senescal en Sagunto. En definitiva “Querer es
poder”, Castello lo sabe ¿Y el resto?
Miguel Angel Martín
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