jueves, 16 de julio de 2015

No hay común, sin futuro

Manel Fontdevila en 2010
No sorprendería a nadie si hoy mostrase aquí mis simpatías por Podemos, al igual que las manifesté en su día con el 15M. En aquellos días, muchos, esperábamos que desde la izquierda se fuese capaz de articular una respuesta a la ofensiva neoliberal que se había llevado por delante al incapaz, por no saber o no querer dar una respuesta socialdemócrata a la crisis, que fue el Presidente Zapatero. Era el 2008, los líderes mundiales del G20 se reunían en Washington para emular un segundo Bretton Woods y refundar el capitalismo; mientras en España, Izquierda Unida,  en su asamblea decidía iniciar un proceso de refundación, algo que culminaría en 2010 con una asamblea de refundación llena de viejas caras, donde evidentemente se refundo poco o nada. Como en la cumbre del G20, tampoco refundaron el capitalismo sobre bases éticas, como decía Sarkozy (ahí! Que me parto…) todo parecía indicar que teníamos un empate técnico que dejaba las cosa en sus sitio. El problema es que no fue así, tras los primeros asaltos, el capitalismo desregulador se levanto de la lona y lejos de tirar la toalla, con la energía que da que te cubran tus pérdidas con dinero público, comenzó a golpear a la parte más débil de la sociedad, con la complacencia de gobernantes de diverso signo político. En esa tesitura, la izquierda no hizo sus deberes, y como no se refundo de verdad, con sincera generosidad, le broto al lado como un esqueje, un Podemos. Los chicos y chicas que hacían esas propuestas tan chulas y novedosas de los programas de IU, dejaron de ser los guionistas fedatarios que elección tras elección veían como al final primaban más las cuitas internas que luchar contra la mayor ofensiva neoliberal de la historia. Esto requeriría de una potente autocritica, que aún no he visto ni en Madrid, ni en Valencia.

Creo que el éxito de Podemos, radica en que ha sido vista como una herramienta de cambio por parte de la población más castigada por la crisis, que es mucha. La gente ha elegido quien quiere que lidere la Resistencia hasta convertirla en Ofensiva. Todo en la vida no es resistir, llega un momento en el que hay que ilusionar planteando futuro. No olvidemos que las herramientas deben cumplir un objetivo, para ello se mejoran, se perfeccionan, se sustituyen por otras, siempre pensando en la manera de cumplir esa misión. Los partidos que se autodenominan socialdemócratas, hace tiempo que olvidaron cual es su misión, a quien deben defender. La aparición de la iniciativa “Ahora en Común” ante la negativa de Podemos a coaligarse con IU, no termina de entenderse, si analizamos a quién beneficia esta lucha por apropiarse de “lo común”. La contraofensiva de IU, no deja de aprovechar la estrategia de Podemos para las municipales. Esa indefinición dejo un hueco por el que parece querer colarse la formación de Alberto Garzón dispuesta a hacerse un lifting por necesidad más que por convicción. Dentro de IU hay demasiada gente callada, en silencio, y es muy extraño siendo esta una organización donde por lo general hablan demasiados. Entiendo la postura de Podemos, presentarse como aliados de la “vieja política” resta más que suma, y la caverna mediática está esperando colocar las piezas en su tablero; me temo que los tiempos políticos van tan rápido que asistiremos a muchos cambios de postura en los próximos meses, solo espero que las decisiones sean las acertadas y equilibras para saber combinar lo mejor de lo nuevo y lo viejo. Hay mucho en juego. El Ahora es importante, pero cuidado, no hay Común sin futuro.


Miguel Angel Martín

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