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Manel Fontdevila en 2010 |
No
sorprendería a nadie si hoy mostrase aquí mis simpatías por Podemos, al igual que
las manifesté en su día con el 15M. En aquellos días, muchos, esperábamos
que desde la izquierda se fuese capaz de articular una respuesta a la ofensiva
neoliberal que se había llevado por delante al incapaz, por no saber o no
querer dar una respuesta socialdemócrata a la crisis, que fue el Presidente Zapatero.
Era el 2008, los líderes mundiales del G20 se reunían en Washington para emular
un segundo Bretton Woods y refundar
el capitalismo; mientras en España, Izquierda Unida, en su asamblea decidía iniciar un proceso de refundación,
algo que culminaría en 2010 con una asamblea de refundación llena de viejas
caras, donde evidentemente se refundo poco o nada. Como en la cumbre del G20,
tampoco refundaron el capitalismo sobre bases éticas, como decía Sarkozy (ahí! Que
me parto…) todo parecía indicar que teníamos un empate técnico que dejaba las cosa
en sus sitio. El problema es que no fue así, tras los primeros asaltos, el capitalismo
desregulador se levanto de la lona y lejos de tirar la toalla, con la energía que
da que te cubran tus pérdidas con dinero público, comenzó a golpear a la parte
más débil de la sociedad, con la complacencia de gobernantes de diverso signo político.
En esa tesitura, la izquierda no hizo sus deberes, y como no se refundo de
verdad, con sincera generosidad, le broto al lado como un esqueje, un Podemos.
Los chicos y chicas que hacían esas propuestas tan chulas y novedosas de los
programas de IU, dejaron de ser los guionistas fedatarios que elección tras elección
veían como al final primaban más las cuitas internas que luchar contra la mayor
ofensiva neoliberal de la historia. Esto requeriría de una potente autocritica,
que aún no he visto ni en Madrid, ni en Valencia.
Creo
que el éxito de Podemos, radica en que ha sido vista como una herramienta de
cambio por parte de la población más castigada por la crisis, que es mucha. La
gente ha elegido quien quiere que lidere la Resistencia
hasta convertirla en Ofensiva. Todo
en la vida no es resistir, llega un momento en el que hay que ilusionar planteando
futuro. No olvidemos que las herramientas deben cumplir un objetivo, para ello
se mejoran, se perfeccionan, se sustituyen por otras, siempre pensando en la
manera de cumplir esa misión. Los partidos que se autodenominan socialdemócratas,
hace tiempo que olvidaron cual es su misión, a quien deben defender. La aparición
de la iniciativa “Ahora en Común” ante la negativa de Podemos a coaligarse con
IU, no termina de entenderse, si analizamos a quién beneficia esta lucha por
apropiarse de “lo común”. La contraofensiva de IU, no deja de aprovechar la
estrategia de Podemos para las municipales. Esa indefinición dejo un hueco por
el que parece querer colarse la formación de Alberto Garzón dispuesta a hacerse
un lifting por necesidad más que por convicción.
Dentro de IU hay demasiada gente callada, en silencio, y es muy extraño siendo
esta una organización donde por lo general hablan demasiados. Entiendo la
postura de Podemos, presentarse como aliados de la “vieja política” resta más
que suma, y la caverna mediática está esperando colocar las piezas en su
tablero; me temo que los tiempos políticos van tan rápido que asistiremos a
muchos cambios de postura en los próximos meses, solo espero que las decisiones
sean las acertadas y equilibras para saber combinar lo mejor de lo nuevo y lo
viejo. Hay mucho en juego. El Ahora
es importante, pero cuidado, no hay Común
sin futuro.
Miguel
Angel Martín
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