El otro día en una comida con unos
amigos, de repente uno de ellos pregunto: “
..¿Que os pasa? Estáis todos muy serios....”. No teníamos un motivo
especial para estar desanimados, si descartamos la mayor Crisis Económica desde
1929, pero lo cierto es que llevábamos el gris escrito en la cara. Fue positivo
sacar el tema, nos permitió hablar y ubicar la tormenta donde toca. Dejarnos
claro una vez más que nunca hemos vivido por encima de nuestras posibilidades,
que está crisis-saqueo no es un fenómeno natural, no se trata de una tormenta
económica perfecta, imposible de prever. Que se trata de una crisis producida
por una ideología, que pone a la política al servicio de la economía. Que intenta
vendernos miedo a todas horas y sus objetivos son aislarnos, doblegarnos y
aturdirnos para que veamos al lobo como salvador y al inocente cordero como el
peor de nuestros enemigos. ¿Que como podemos evitarlo? Pues con las viejas
recetas de siempre: Volviendo a ser comunidad; retomando el encuentro con los
otros, confiando en los que luchan codo con codo con nosotros por el bien común;
encontrándonos con los que discrepan y oponiéndonos a los antagónicos;
diseñando el futuro que queremos y organizándonos para conseguirlo de la manera
más participativa y democrática. Estas solo son las recetas del inicio. En
adelante deberíamos de añadir la memoria, como elemento clave que evite repetir
los viejos errores. Y sobre todo, debemos tener cuidado de no caer bajo el
influjo de aquellos que parecen que hablan el mismo lenguaje que nosotros pero
quieren cosas distintas. Alegra esa cara porque: Soñamos a pesar de todo… y luchamos por alcanzar esos sueños.
Animo!
Miguel Angel Martín
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